LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN








LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN EN LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO.


La Cifra de Crímenes Machistas Aumenta y Gana una Víctima más



 
Hasta la fecha, ya son 16 las mujeres asesinadas en lo que llevamos de este año.   Hace tan solo un mes celebramos el día “Internacional de la Mujer”: muchas y muchos acudimos por diferentes medios a reivindicar los derechos que desde décadas llevamos proclamando y en los que se ha ganado terreno, pero también de los que aún quedan por desarrollar o completar. Todos los medios de comunicación hicieron eco de la fecha y se lucieron lazos morados por doquier.

Desde esta fecha reveladora, se mantuvo un silencio en los medios sobre la violencia machista; no se había mencionado nada hasta el día de ayer;  y me quiero referir a que si es un tema que ha adquirido visibilidad, también merece toda la atención y el control permanente de la misma ciudadanía;  valdría la pena dar a conocer a la opinión pública, cómo es que están operando las herramientas jurídicas y psico-sociales que se han aprobado, llamadas “medidas urgentes”, o  de si  se avanza o no, en los correctivos aplicados en cuanto a la prevención  de la violencia de género.  Mi pregunta es: ¿Qué responsabilidad social tienen los medios en la lucha contra la Violencia de Género? ¿Por qué tenemos que esperar a que los medios de información anuncien otra muerte de una mujer asesinada por su pareja,  para nuevamente reflexionar y autocriticarnos, o darnos golpes de pecho sobre este tema?  ¿Qué pasaría si, en su defecto, se informara por todos los medios de información sobre aquellos mecanismos preventivos adoptados y puestos en marcha, o sobre el trabajo realizado por ONG´S.,  Asociaciones y/o Fundaciones, que persiguen alcanzar el disminuir el número de Víctimas y/o el número de niños y niñas huérfanos?  Se conoce, pero no por los medios informativos, que se están adelantando acciones en este sentido y que las medidas impuestas por el “Pacto de Estado” conlleva la voluntad de diferentes actores sociales y en ese sentido se imparten distintas charlas- talleres por muchos organismos o Asociaciones, en los encuentros de sensibilización desarrollados sobre este tema de Violencia de Género.

 Me gustaría encontrar que, en reemplazo de una noticia sensacionalista,  se informa a la opinión pública sobre políticas o cambios educativos en los institutos y colegios, con los jóvenes, sobre cultura o educación en igualdad.    Es decir, y podría asegurar que dando una visión de concienciación de la sociedad, de empoderamiento a la mujer, de compromiso de todos los actores, se contribuiría a otro resultado diferente al que genera el protagonismo exclusivo y sensacionalista que abre noticias, cada vez que tenemos que sumar a la lista otra mujer víctima de asesinato, y que solo enaltece más el terror y el poder machista.  El contenido de la información en la actualidad, elaborada desde la prevención de esta violencia, es insignificante en los medios de comunicación;  deja en entre dicho que no está dentro de los objetivos primordiales de la información, pero sí se les puede exigir una responsabilidad social.  

         No obstante, debo reconocer que fueron los medios de comunicación los que dieron la visibilidad a la violencia contra las mujeres, no le resto importancia; fue a partir de ese momento que se pudo avanzar a otro ritmo en la lucha contra los actos machistas;  desde que la Violencia contra las mujeres dio la cara a la luz pública como un drama social, han pasado ya 20 años. Con el caso “Orantes”, la mujer asesinada en manos de su marido en 1997, saltó a  la luz pública y sirvió como estandarte para dar visibilidad al problema e iniciar un trabajo conjunto con Asociaciones y demás actores sociales por muchos años seguidos, hasta lograr en el 2004 la famosa Ley contra la Violencia de Género (Ley 1 /2004, del 28 de diciembre), ya conocida  como la Ley Integral de Violencia. 
Pero la representación mediática de la violencia de género que hoy enfrentamos, se limita a hacer interpretación del concepto de esa Ley integral, dificultando que la opinión pública conozca y comprenda otras formas de violencia machista, ayudando a la invisibilización, casi total,  de otras formas de violencia que sufren las mujeres en todo el mundo.  Nos olvidamos de los crímenes de honor; de la ablación genital; de la violación sexual por parte del esposo; o del matrimonio de niñas.  Y qué no decir, en España, de los diferentes tipos de delitos sexuales que se recogen en la Ley de Enjuiciamiento criminal,  y que pasa por alto el tema de una violación en el ámbito de la mujer que merece un tratamiento de violencia de género y no de un delito meramente de agresión sexual (como fue tipificado en caso mediático de la manada).

         Así las cosas, parece como si la violencia machista hubiera ido perdiendo relevancia en el tratamiento informativo; incluso cuando la agresión es grave o muy grave, se mantiene silenciada, y en su lugar, se publican por los medios de información, otros hechos (asesinatos o agresiones graves) que abren páginas o espacios de telediarios, pero en un ámbito diferente de las que pudieran presentarse en las relaciones  de pareja o expareja. 

En consecuencia, de esta forma no se contribuye por la prensa, o cualquier otro medio de comunicación, a la sensibilización en  Violencia Machista, dejándonos un mensaje diferente.  Muy por el contrario, se dedican muchas veces no solo a poner en duda o a destruir la credibilidad de la víctima, sino que, contribuyen a trivializar las agresiones a las mujeres dejando siempre a la mujer como un sujeto pasivo en una agresión,  sin ir más allá de la noticia, reconociéndose aún más que estamos  en una sociedad patriarcal.

         El Artículo 20  de la Constitución Española, reconoce a todos y a todas,  el derecho a comunicar o recibir libremente información por cualquier medio de difusión; estos medios hacen parte de una estructura que sigue claramente un patrón cultural y social difícil, pero no imposible, de erradicar.
         En conclusión, en la sociedad  persisten unos tópicos socialmente admitidos, que se perciben en el enfoque dado a las noticias, así tenemos que admitirlo.   Podrían los medios de información intentar ser aliados en esta lucha contra la Violencia de Género, dentro de unos códigos deontológicos de objetividad.   Empezar por admitir que los maltratadores son personas reales y cotidianas (puede ser cualquier miembro de la sociedad); y que las víctimas necesitan de la protección per sé, no después de que se le haga todo un  juicio social.

 Pero,  seguimos con cifras escalofriantes,  sumando más víctimas a ese orden cronológico que se lleva,  y que en España desde el 2003  alcanza a  las 996 mujeres.  Todo indica que no hay tregua, tenemos que seguir aspirando a que el STOP sea real y efectivo.

Gamboaldany

Madrid, 8 de abril de 2019



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