SALDO LETAL DE LA VIOLENCIA MACHISTA

 

OTRO VERANO NEGRO EN ESPAÑA 


MARCADO POR LA VIOLENCIA MACHISTA


   Nada más iniciado este mes de septiembre, son ya 42 mujeres asesinadas en manos de sus parejas o exparejas en lo que llevamos de año, 10 más que el año pasado por estas fechas, y de las cuales 15 fueron asesinadas sólo en el mes de julio y agosto. 

 Además de todo el resquemor sentido por la sociedad, representada por diferentes movimientos que han protestado y se manifestaron en varios lugares de España, se acentúan algunos interrogantes comunes para todos los que sentimos la gravedad de estos hecho y nos vemos amenazados/as  por esta lacra social.

Surgen muchas preguntas pero, seguramente las mas comunes son:

 ¿Qué estamos haciendo mal?  ¿En qué ha fallado el Estado para la protección de estas víctimas?

    Para el Ministerio de Igualdad es otro golpe en las políticas de prevención contra la violencia machista, provocando que se convoque con carácter urgente el Comité de crisis para la evaluación de la situación, el que está instaurado para casos en que se concentre y aumente el número de asesinatos superando en 5 o más  las víctimas mortales (7 en el mes de agosto).  Se revisarán los riesgos y se propondrán medidas que deben ser aprobadas posteriormente en la Conferencia Sectorial de Igualdad.

   Por otro lado se informará, en su momento,  desde el Observatorio Estatal de Violencia sobre la mujerórgano Colegiado Interministerial, y que tiene dentro de sus funciones el seguimiento y la realización de actuaciones, estrategias e informes sobre las formas de violencia contra las mujeres, para que se informe sobre las razones a las que se puede atribuir el elevado número de víctimas mortales en estos dos últimos meses. Pero, mientras esto ocurre, se deberán adoptar medidas inmediatas.

     ¿Qué estamos haciendo mal?

    Respecto a este primer interrogante, no cabe duda que ha saltado una "alerta" para la sociedad en la que vivimos; pero también es cierto, que debemos reclamar respuestas válidas por parte de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género (en adelante DGVG), por ser la competente para proponer las políticas del Gobierno frente a los distintas formas de violencia de género, así como, para impulsar, coordinar y asesorar en todas las medidas que se lleven a cabo en esta materia ( competencias previstas en el RD 455/2020 de 10 de marzo). Se conocía, que existían medidas pendientes de desarrollar o implementar, sobre las que ya se había pronunciado esa Delegación del Gobierno.

    De manera desafortunada, está dada una oportunidad para encontrar y reconocer ¿Qué es lo que no se está haciendo?  ¿En qué minimiza o queda corta la Administración en las acciones de seguimiento y cooperación con los recursos y servicios destinados para la prevención de la violencia machista?

    Un par de años más tarde, no se ve el sentido para volver a argumentar las conclusiones dadas en el confinamiento que sufrimos en época de  pandemia, para justificar el aumento de la violencia y que se atribuía a la convivencia común y obligada con el maltratador, tal como sucede en los periodos estivales; ahora las circunstancias han cambiado y se da por realizado el que se hayan adoptado más medidas con nuevos presupuestos. 

    Por los expertos e Instituciones gubernamentales, se explica que los meses de julio y agosto de años anteriores fueron letales, atribuyéndose a la exposición de la víctima por la coincidencia del período de vacaciones, en la que se rompe la rutina del resto del año, aumenta la convivencia en las parejas y la falta de control que se percibe por parte del agresor sobre su pareja disparando la amenaza de agresión grave o mortal.

    En consecuencia, planteo una duda con relación a la efectividad de las acciones de la Administración que le hubieran correspondido emprender; si bien se habían detectado, con anterioridad, factores de riesgo o "causa – efecto" para esos mismos meses, de julio y agosto ¿No debió preverse las medidas necesarias para evitar un mismo resultado nefasto? 

 Acercándose un largo período de verano, no hubiera sobrado la implementación de medidas consistentes en la difusión de campañas, actuaciones de prevención, en concreto sobre las mujeres que hayan denunciado maltratos o cualquier forma de violencia; o dar más información y sensibilización, que fueran impulsadas desde la propia DGVG.  Muy al contrario de lo ocurrido, éstas brillaron por su ausencia.

     Control social sobre las deficiencias de la propia Administración: 

    Si realizáramos un control social sobre las deficiencias detectadas y que fueron reconocidas por la propia Delegación del Gobierno, en diciembre de 2022 (Diario público, Madrid, 18/12/2022), vistos como auténticos fallos en el sistema a consecuencia de un repunte de víctimas, obtendríamos los puntos negros y desafortunados, sobre los que se puedan idear correctivos para exigir unas nuevas medidas que fueran acordes con las situaciones específicas del riesgo.

   No se discute que sea más sencillo evaluar el riesgo si se presenta la "denuncia", porque así se activan los protocolos; pero no necesariamente se exige haber presentado denuncia para que la mujer que sienta en riesgo su integridad física o si se detecta por la Policía o Guardia Civil un riesgo inminente, se solicite la protección.  Se ha hecho hincapié en que de los 40 casos registrados hasta agosto, en 8 solo habían presentado la denuncia.  Es evidente que sigue siendo escaso el porcentaje de víctimas que presentan denuncia, pero no puede pasar inadvertido que en las 8 mujeres víctimas que sí denunciaron; Lo que explica que tuvo que existir  una fisura en el sistema que permitiera el desenlace mortal. 

    Las deficiencias del Sistema:

    Con fundamento en lo proclamado por la propia Delegación de Gobierno contra la VG, como en lo definido en informes de expertos, o lo revisado por el Comité de Crisis celebrado este 4 de septiembre, se puede coincidir en algunas deficiencias que también son de mi opinión:

1. Se requiere mejorar la coordinación entre las distintas instituciones. Debe entenderse que en la Administración, al interior de la DGVG existen Unidades de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer y Unidades de Violencia sobre la Mujer, por ser la Delegación del nivel Estatal que debe coordinarse con aquellas a nivel autonómico, provincial o insular. Pues además de esta coordinación, debería existir en el ala de la Administración General esta coordinación efectiva y eficaz para compartir información con el Ministerio de Interior (Policía Nacional) y Ministerio de Justicia. La apariencia que se ofrece hasta ahora por estos estamentos es de ser órganos independientes con sus propias políticas en lo que respecta a la prevención y lucha contra la VG.

2- Persiste una necesidad de reforma sustancial en el Sistema Viogén (sistema de detección del riesgo policial de las víctimas de violencia de género) y la coordinación de las instituciones a la hora de compartir información, que se había quedado obsoleto en cuanto a la recopilación de más datos sobre los agresores o en la valoración policial del riesgo, para que también incorpore información proveniente de organismos de asistencia social, médica y otros que puedan alertar de riesgos; lo que estaba pendiente de implementar y que en febrero de este año tuvo una modificación en lo que respecta a la facultad de poder alertar a las víctimas de violencia de Género que su pareja cuanta con antecedentes por maltratar a parejas anteriores (Ver en artículo anterior https://www.arraigoslatinos.com/2023/02/el-sistema-viogen-en-espana.html). 

Al parecer, la modificación introducida en el Sistema Viogén no ha sido suficiente o no llegó al alcance esperado.

3. No se han implementado medidas de protección civil que permita la especialización para algunas victimas que requieren una atención especializada, como por ejemplo, con factores de discapacidad, adicciones, mujeres migrantes, que requieren de una atención especial.

4. Sigue faltando formación en Violencia de Género para todas las personas que tienen contacto con las víctimas. No solo en Centros de salud o de atención social, sino también, en centros de atención jurídica, Comisarías, Guardia civil y otros.  Se debe evitar que sientan que son revictimizadas por el propio sistema.

5. No existe notabilidad de los informes de los Trabajadores sociales y diagnósticos de los Médicos de atención primaria, facultativos y de salud mental, que tienen que atender de primera mano diferentes formas de violencia sobre la mujer; estos profesionales, son los que primero tienen el contacto con la víctima y pueden establecer "a priori " si se enfrenta a unos hechos de violencia. Estos profesionales deberían tener herramientas y procedimientos ágiles para que puedan denunciar directamente.

 La atención que se presta por los Centros de Salud requiere reconvertirse y fortalecerse para que sea la piedra angular de todo este procedimiento y que permita implementar el protocolo de prevención sobre las víctimas, sobre todo, para aquellas mujeres que no se atreven a denunciar porque están atemorizadas o amenazadas.

6. Falta más formación en materia de "Violencia sobre la mujer" para los operadores jurídicos.  En este ámbito se requiere especialización y aplicación con perspectiva de género, sobre todo en aquellos procedimientos que tocan en común dentro del ámbito de la violencia doméstica y de género y, que están relacionados con los divorcios, custodias de  menores y regímenes patrimoniales-

Esto ayudaría a ganar  confianza en el sistema, mayor credibilidad en las medidas adoptadas y de coherencia con la protección que se le está ofreciendo a la mujer; habría más confianza  para denunciar al agresor; 

Por nuestra parte:

-Insistiré en la concienciación de familiares y amigos del entorno de la víctima, para que se denuncie; hemos explicado, en otra ocasiones, que la denuncia se puede presentar por cualquier persona a quién le conste hechos de maltrato o cualquier violencia. 

-A la fecha, se sigue percibiendo una normalización de la violencia al interior de las familias. Es necesario la anuencia de la sociedad para decir no a la tolerancia de la violencia;  es esencial visibilizar lo que las familias, por vergüenza o ignorancia,  no se atreven a revelar. 

-Por último, seguir eliminando de nuestro entorno los micromachismos, los estereotipos sexistas y la pretensión de normalidad frente a cualquier acto de violencia contra la mujer, es una misión imparable para que la violencia machista no esté presente todos los días, de nuestro presente, llevándose más víctimas mortales.


Si quiere más información consulta:

https://www.publico.es/mujer/gobierno-autocritica-fallos-sistema-y-lanza-llamamiento-sociedad-denuncie-violencia-machista.html#analytics-buscador:listado

https://www.publico.es/mujer/violencia-machista-suma-15-asesinatos-julio-veranos-tragicos.html


Norma Constanza Gamboa 

        


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